
¿La falsa revolución digital educativa?
Llevamos 16 meses desde que la pandemia nos obligó a cambiar y repensar cómo implementar un proceso educativo que sea efectivo hacia los y las estudiantes, de los cuales ya llevamos 12 meses con período de clases, 264 días o cerca de 2.112 horas (descontando vacaciones y fines de semana), en los que, probablemente, un gran porcentaje de profesores/as y estudiantes han estado conectados en clases. Tiempo suficiente para mirar atrás y analizar: ¿hemos sido capaces de adecuarnos a las nuevas necesidades educativas?
Nuestra opinión es que no. Te comentamos el porqué.
Desde el inicio de la pandemia hasta ahora, al menos en el ámbito educativo (puede aplicar para otras áreas), no ha existido una política robusta de “hacerse cargo del problema”. Se generó una brecha mayor aún en no solo las clásicas oportunidades, infraestructuras y materiales a disposición que pueden existir entre alumnos/docentes de todo Chile, sino que en desconocimiento y falta de proceso educativo claro en beneficio de los y las docentes.
Centrémonos en el ámbito docente por esta vez, con énfasis en los siguientes puntos para ponernos en la situación y zapatos de ellas/ellos:
Digitalización y computarización: para el inicio de las clases virtuales, se pensó que una persona era “digitalizada” por el simple aspecto de dominar una red social en un dispositivo móvil – ambos diseñados de una manera intuitiva – y que por ese hecho esta persona tendría las herramientas necesarias para ser competente en este entorno digital. Error. No solo se pensaba eso, además se esperaba que dominara de la noche a la mañana: 1) navegación en internet o búsqueda de fuentes bibliográficas fiables, 2) uso de programas complementarios básicos para las clases como Office (Power Point, Word, Excel), 3) utilizarherramientas audiovisuales de apoyo o transmisión de clases como YouTube, Zoom, Meet, 4) usar herramientas para respaldo de las clases que generaban en Drive, Cloud/Nube, Canvas, 5) o si requerían mayor uso de tecnologías usar Latex para mejorar la visualización de fórmulas matemáticas, uso de Wacom o similares para poder ir destacando, subrayando de mejor forma en las clases asemejando a una pizarra, u OBS para transmisiones audiovisuales más profesionales con elementos distintivos de las clases, entre muchas otras herramientas existentes. ¿Qué línea sucesiva e inmediata se tendría que haber generado a nivel central, de política pública? Inducción docente hacia el entorno digital.
Con escasos procesos de capacitaciones, nunca se generó un “stop” para evaluar si quienes debían educar a los estudiantes del país, habían sido educados en estos procesos claves. No todos/as los y las docentes del país están empapados/as de conocimiento y uso de estas tecnologías, los menos
son usuarios avanzados y aún no tenemos nativos digitales impartiendo clases.
Realización de una clase: No se determinó que una clase online requería mayor tiempo de preparación e implementación. Partamos de la base en que esta revolución, no estaba pensada para evolucionar en la forma de entregar contenidos, simplemente se supuso que cada docente debía encontrar la manera de llevar la misma clase que hace de manera presencial a digital. Eso no funciona.
No es de impacto en el aprendizaje que un alumno/a esté sentado horas viendo las clases, ya que diversos estudios demuestran que la concentración de un niño/a fluctúa entre los 12 minutos cuando tiene 6 años, a 40 minutos en el caso de niños de 10 años. Pero si le sumamos la condicionante de que debe estar concentrado en una pantalla, expuesto a múltiples estímulos de su entorno, siguiendo con la vida cotidiana de un entorno que no cesa sus funciones, la concentración decaerá considerablemente. Las Charlas TED, por ejemplo, tienen una duración promedio de 18-20 minutos, porque tienen estudiado el proceso de atención de su audiencia, donde se busca que el receptor obtenga un mensaje efectivo, convincente y alejado de la saturación. 1
¿Se enseñó o capacitó realmente a los y las docentes de un país extenso y diverso para crear y/o adaptar los contenidos impartidos en aula y llevarlos al entorno digital? Los resultados indican que no. Se les debió enseñar, por ejemplo, el proceso de síntesis de contenidos a una presentación de
power point, considerando poco texto para no saturar la lectura de sus estudiantes, que los textos no estuvieran justificados, porque en digital no funciona 2 o que los textos no sean planos sino en un patrón de forma Z, ya que en digital el usuario no lee al inicio, sino que escanean lo que ven 3 .
Se debió potenciar las maneras de generar interacciones en una clase digital que es, por esencia, más bien estática. Se espera que los y las docentes sigan dando batalla en un ambiente hostil como la pandemia, pero, ¿se les envió con las herramientas necesarias a esa batalla?
Como siempre hay tiempo para aprender y capacitar sobre las nuevas tendencias digitales en educación, queremos compartir contigo un par de soluciones:
Tabla periódica de las diferentes aplicaciones y plataformas para profesores, quizás hay alguna que reconozcas o que te pueda servir para lo que viene: https://buff.ly/3zc4FEK⠀
Y soluciones y tips básicos de problemáticas cotidianas al momento de enseñar: evaluaciones online, que PC necesito para dar clases, cómo subir una clase a youtube, etc: https://www.instagram.com/humbertoeduca/
Sigamos avanzando, sigamos conversando, porque es la manera de mejorar en conjunto.